Es sabido que una cultura sólida contribuye a un mayor nivel de compromiso de los colaboradores y eso impacta directamente en los resultados de la compañía. Los equipos altamente comprometidos generan una mayor rentabilidad a sus compañías, aspecto que no es poco relevante teniendo en cuenta el nuevo panorama.
“Según una reciente encuesta elaborada por el Barómetro de Confianza Edelman, el 63% de los empleados comparten información de la empresa con otros compañeros; el 67%, con su familia, y el 75%, con sus amigos. Este tipo de conversaciones son las que relatan con mayor objetividad de dónde viene la organización, quién es y hacia dónde va”
¿Por qué es tan importante la cultura organizacional de una compañía?
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La cultura organizacional es el valor fundamental que aprecian los colaboradores, generando un impacto en la moral, la motivación, satisfacción y productividad en la compañía. Es por ello que resulta de gran importancia que las empresas gestionen programas de formación para sus colaboradores en donde se puedan desarrollar y mejorar sus habilidades, fortaleciendo así sus valores y aumentando el sentido de pertenencia.
Las creencias compartidas por los altos directivos de una empresa sobre la forma de gestionar el negocio determinan la conducta que deben adoptar los colaboradores y a su vez determina la forma de actuar de todo sus miembros. La cultura es la que desarrolla y promociona a los nuevos líderes, que a su vez seguirán promoviendo normas y conductas alineadas a la estrategia de la compañía. En un mundo en permanente transformación, puede que esas creencias y comportamientos ya no sean tan efectivas como lo fueron en su momento y deban de ser modificados. La cultura organizacional se crea y se transmite desde adentro hacia afuera, en este marco los líderes tienen un papel fundamental ya que a través de ellos los hábitos, valores y comportamientos son transmitidos a los colaboradores.
Si tenemos en cuenta los precipitados cambios que estamos viviendo desde que empezó la contingencia del COVID-19, nos damos cuenta que ha sido cada vez más importante para las compañías fortalecer una cultura de empatía, escucha y transparencia, en un momento en que todos somos desafiados a encontrar nuevas formas de realizar nuestras actividades y adoptar nuevos hábitos y comportamientos que nos permitan transitar de la mejor forma una nueva normalidad que ya es posible vislumbrar.
Aquí seis estrategias que pueden contribuir a fortalecer y mejorar la cultura organizacional, incrementando el compromiso de los colaboradores y mejorando su productividad.
Fomentar la escucha activa y la comunicación efectiva: para generar una comunicación efectiva debemos escuchar activamente lo cual implica considerar los componentes no verbales de una comunicación. En este contexto el saber escuchar requiere conectar con el otro desde la empatía, el respeto y la emoción. Pero muchas veces el problema está en que, si no practicamos la escucha activa como líderes no podemos esperar que lo hagan nuestros colaboradores. Para lograr un liderazgo efectivo es indispensable gestionar y trabajar la escucha como una competencia trascendental dentro de la compañía.
Ser coherente y transparente: para un equipo de trabajo siempre será importante ver en sus directores coherencia entre sus discursos y las acciones que emprenden diariamente. Hoy mas que nunca la coherencia es un valor muy relevante que deben poseer los lideres porque es precisamente esta coherencia lo que genera confianza en un equipo y a su vez es la confianza lo que facilita la comunicación y el crecimiento organizacional.
Objetivos claros y definidos: para un profesional es cada vez más relevante saber cómo puede contribuir a los objetivos de la organización y como estos sirven a sus propósitos profesionales y personales. Cuando el talento tiene propósitos similares al de la organización, la cultura se fortalece y todos salen ganando en el proceso. La transparencia es otro valor que hoy es muy apreciado por los colaboradores teniendo en cuenta el contexto de incertidumbre en que nos encontramos.
Entregar feedback a tiempo: es indispensable que los lideres aprendan a reconocer en sus equipos el esfuerzo de sus colaboradores, ya que al saber que son valorados sentirán la necesidad de mejorar cada día más su desempeño, y al crecer individualmente colaboran con el desarrollo organizacional. La retroalimentación debería ser una actividad natural y habitual ya que siempre es más fácil hacer pequeñas correcciones sobre la marcha que grandes cambios en los proyectos. En estos meses muchos colaboradores se encuentran trabajando en modalidad home office, es por lo que herramientas como el seguimiento, el feedback, las reuniones de equipos, etc. se vuelven fundamentales para gestionar el alcance y grado de cumplimiento de los objetivos. Cuando se fomenta un intercambio claro, respetuoso y objetivo, claramente esto se ve reflejado en mejores resultados en términos de compromiso, productividad y competitividad organizacional.
Crear la mejor experiencia para el colaborador: las personas quieren trabajar para compañías que tienen una cultura sólida. Crear una experiencia agradable para los actuales colaboradores es una excelente forma de indicar a los potenciales talentos que tu organización es el lugar donde ellos quieren trabajar. Hoy, las antiguas formas en donde el “jefe” autoritario tomaba todas las decisiones y tenía a su equipo como “cumplidores de tareas” no brindan los resultados que las empresas realmente necesitan. Es por lo que mejorar la experiencia de los colaboradores es la mejor forma de atraer y retener a los mejores talentos.
Un estilo de Liderazgo resiliente: la resiliencia es la capacidad para recuperarte en los momentos difíciles. Ante la adversidad los colaboradores necesitan un líder capaz de guiarlos, de influir positiva mente y darles apoyo. Un líder que demuestre fortaleza emocional, valentía y enfoque que los ayude a recuperarse y mantener los niveles de energía necesarios para ser productivos. Los líderes resilientes se definen por quiénes son, y poseen características que les permiten luchar contra la situación y pasar la prueba exitósamente. Las transformaciones por las que venimos transitando nos dan la pauta de que los estilos de liderazgos deben evolucionar y que los nuevos líderes necesitan trabajar y desarrollar otro tipo de competencias que implican nuevos aprendizajes. La manera en que gestiona un líder determina sus resultados, por eso mismo, se requieren líderes con iniciativa, que generen y agreguen valor en sus equipos, que sean capaces de desarrollar auto conciencia y que aprendan a gestionar desde la emocionalidad. Con esto queremos enfatizar que las compañías necesitan evolucionar hacia un liderazgo más integrador que facilite el cambio y la transformación.
La cultura de una compañía, refleja su identidad, su personalidad, la manera de pensar y hacer las cosas dentro de la misma, es necesario comprender y conocer el alcances de la cultura organizacional para poder realizar aquellos cambios que sean pertinentes para afrontar los desafíos de esta nueva normalidad y garantizar su éxito. Si bien los líderes pueden ser embajadores del cambio a través de su propio ejemplo, el cambio de cultura no puede imponerse desde afuera, sino que siempre evoluciona desde dentro, mediante la manera que cada uno de los colaboradores percibe sus funciones. La credibilidad de una compañía se manifiesta por la opinión que tienen de ella sus propios colaboradores. El verdadero reto para muchas compañías consiste en fortalecer y promover una cultura de bienestar, equilibrio y equidad, en estos tiempos de cambios en donde el desconcierto y la incertidumbre son el principal foco de preocupación para muchos trabajadores.